Piper, querida: ¿Por qué nos hemos perdido de vista? Debe ser por mi partida a Manarello. Desde entonces no he sabido de ti. Deberías decirme si no te importa. Había contado contigo. Para que sepas tambièn. Pagué cien euros por conducir un Ferrari. Lìmite de velocidad y tiempo aoctados, pero bueno. cunplì un sueño, aunque casi me perforo los tímpanos. Saludos, Oliver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario