jueves, 8 de agosto de 2013

voley caliente


—¨Allá tú¨.  

Sí, le respondo a mi lado B cuando aventura un: por tu cuenta y riesgo. Es probable que alguien me mande directamente a la mierda. Pasa en Lima, cuando no se saluda de la misma forma a la bandera. El asunto es un muro de facebook en el que se atribuye a Aldo Mariátegui la siguiente afirmación: habría que mandar a las chicas del voley al psiquiatra. 

El post recoge de inmediato opiniones amigas, (todas, es obvio, saludan al estandarte desde el mismo ángulo): a palabras necias ..., o, lo mejor es olvidar a ese sujeto. 

Digo yo, que aunque sepamos de sobra las que calza el periodista a quien le divierte sacar ronchas; y no solo a Martha Hildebrandt con gazapos al estilo, ¨Dios mío por qué meas abandonado¨, lo que dice Mariátegui en su columna de Perú 21, es distinto. 

A su juicio, en el partido contra China una vez más sale a la luz, ese estigma nacional de temerle al éxito. Y comenta: caso digno de psiquiatría.

Casi cualquier periodista leído, y esto no debiera entenderse como un oximorón, sabe que el estudio de la mente y la locura a cargo de la psiquiatría, psicoanálisis, psicología o el más reciente campo de estudios de la neurociencia, no es  un ámbito de la cultura que haya que mirar con ojos extrañados. Desde fines del siglo XIX, se sabe que a los humanos no nos alumbra solo la luz de la conciencia, el lado (tampoco en todos los casos) ecuánime del ser. Se equivoca por allí Mariátegui. Y se contradice. Si los habitantes de estas tierras padeciéramos  del susodicho estigma, ¿cómo salimos de esa?  

¿Se tratará acaso de lanzar hipótesis auto flagelantes en un lenguaje intolerante? ¿Tendrá  el gremio de traumatólogos el suficiente interés para profundizar en el tema? (cuando Mariátegui dice ´no me vengan con pavadas´, tal vez considera que el quid del fracaso está ubicado en alguna articulación).  

Algunos de mis varios  por qués. ¿Por qué no, un cónclave de periodistas, psiquiatras, más los afines mencionados arriba, y deportistas'? ¿Por qué no un estudio serio sobre el ¿cómo somos? (que vaya más allá de la revista de ´El Comercio´). ¿Por qué no ensayar alguna buena voluntad al leer al otro en lugar de hacer más inflamable, nada más que para pelear, su pensamiento? 


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